Llegamos
a 30 años de democracia formal con la peor de las situaciones: la
patentización de lo real, que aflora más allá del márketing
ideológico y de los relatos. La imagen oficial del festejo de éstos
30 años políticos tendrá la patética presencia de ex presidentes,
acompañada por los artistas tan o más patéticos de la chequera
estatal, y ésto con su correlato casi lógico y lamentable de una
caótica y alarmante conflictividad institucional y social que no nos
merecemos.
De
ésta situación no se va a salir con más gobernabilidad
disciplinaria ni con más ajuste. Se sale con políticas de
transformación estructural, económica, social, cultural y
ambiental, que nos empiecen a sacar en serio de ese largo proceso
político de miseria planificada -como dijera el gran Rodolfo Walsh
en su Carta Abierta- en el que entráramos en la oscura noche del 24
de marzo de 1976, y del que no hemos salido todavía, con
consecuencias que están a la vista.
Mínimamente,
el gobierno, en primer lugar, debe permitir la creación de un gremio
policial, tal como sucede en países hermanos, para que se
transparenten los reclamos y no haya chantajes emparentados con el
delito organizado y para que tengan canales institucionales de
discusión. A la par de ello, reclamamos también una reforma
institucional que permita a los vecinos elegir por sufragio universal
directo y secreto y controlar a las conducciones policiales en cada
barrio, en cada seccional, en cada pueblo.
Reclamamos
también, a los grandes capitales supermercadistas, la distribución
coordinada con las asambleas barriales y vecinales, de bolsones de
comida para las familias que lo necesiten, con el claro objetivo de
generar unas fiestas sin hambre y sin las violencias de la exclusión
y de la opresión.
Y
exigimos -como lo viene reclamando la CTA conducida por nuestro
compañero Pablo Micheli- un aguinaldo doble, un plus de
recomposición salarial, un bono extra -y la correlativa eliminación
del impuesto al salario mal entendido como ganancia- para todos los
trabajadores de todos los sectores como parte de una necesaria
discusión sobre los aumentos que todos necesitamos para enfrentar el
ajuste inflacionario y la caída de los salarios reales.
Pero
todas éstas medidas paliativas no tendrán efectos positivos en el
mediano y largo plazo sino se inicia un proceso de cambios de fondo,
que el pueblo trabajador debe discutir e impulsar en su conjunto: la
reapropiación pública y popular y redistribución real de la
riqueza debe empezar hoy con la suspensión de las entregas
multimillonarias de los recursos del pueblo a Repsol, el no pago de
la deuda externa ilegítima y fraudulenta, la no entrega de tierras a
empresas extranjeras y a todo el capital transnacional extractivo,
financiero y usurario, y con la devolución de recursos y poderes a
las provincias para que puedan desarrollar concretamente su autonomía
federal con justicia social. Urge hoy avanzar también, tal como lo
ha hecho exitosamente el gobierno de la hermana República
Bolivariana de Venezuela, con un control antimonopólico real y
fuerte de precios y de especulación económica. Si el camino
político va a seguir siendo, en el fondo, la dependencia, la
entrega, el cinismo, el vale todo, el sálvese quien y como pueda y
el ajuste, el fantasma de los saqueos y la violencia va a seguir
recorriendo los diciembres de la periferia argentina.
Decimos
además que es vergonzoso escuchar a dirigentes de la burocracia
gremial que juegan a la profesión de fe ideológica oficialista,
mientras ministros del gobierno anuncian aumentos superlativos sólo
para la fuerza policial y no a todos los trabajadores y mientras se
envían refuerzos de gendarmería para la conmemoración oficial de
30 años de democracia formal. La democracia va a seguir teniendo
estas características si continúan semejantes niveles de cinismo
político y gremial.
La
democracia argentina tiene, claramente, dos caras, en éstos 30 años.
Por un lado la imagen transversal de la pobreza política y el
patetismo entreguista, represor, de criminalización de las protestas
sociales y ajustador de sus gobiernos, y por el otro, la de las
luchas de la clase trabajadora, las grandes luchas obreras,
populares, magisteriales, estudiantiles, ambientales, cada una con
sus héroes y mártires, muchos conocidos y tantos otros anónimos.
Nosotros somos parte de ésta lucha, de la lucha del pueblo
trabajador organizado y consciente por otra democracia, por una
democracia popular, protagónica, directa y sustancial, con trabajo
digno, bienestar, autonomía, educación, cultura, salud, justicia,
derechos y sustentabilidad real. Por todo lo anteriormente expresado
las organizaciones firmantes declaran estado permanente de asamblea y
movilización.
CTA
PARANA AGMER PARANÁ UCRA SECCIONAL ENTRE RÍOS CENTRO DE JUBILADOS
DE LA CTA RED DE ALERTA DE ENTRE RÍOS MESA DE TRABAJADORES ESTATALES
Y DE SALUD EN CTA JUVENTUD CTA CORRIENTE CLASISTA Y COMBATIVA
PROYECTO SUR CORRIENTE SINDICAL, JUVENTUD MST – NUEVA IZQUIERDA