Sentidos del pasado
Entre la formación de identidad nacional y el estímulo del pensamiento crítico, la enseñanza de la historia adopta en los colegios diversos matices; de la escuela primaria, donde aún no se ha desarrollado la conciencia histórica, a los libros que en los colegios secundarios promueven el debate.
...¿Qué hace la escuela con la historia? ¿Qué se enseña en la escuela cuando se enseña historia? ¿Para qué se enseña historia? ¿Qué tiene que ver lo que aprenden los alumnos en las clases de historia con un pensamiento histórico analítico y crítico, con el pensar históricamente que define el trabajo del historiador? ¿Poco, nada, mucho?
Es cierto: el pensamiento histórico se construye en la mente de los alumnos. Pero no cualquier cosa puede ser predicada sobre el pasado: no todo juicio y creencia sobre el pasado es un enunciado del pensar históricamente.
ENTRE LA EMOCIÓN Y LA RAZÓN
Aún antes de que el balbuceo infantil los abandone por completo. Aún antes de que puedan escribir sus nombres. Antes de que puedan leer "uno" donde está el número 1. Antes de todo eso, primero, pequeños argentinos y argentinas de no más de metro de altura un día se disfrazan de mazamorreras, de damas antiguas, de belgranos y de sanmartines y escuchan el Himno Nacional, el Himno a Sarmiento y la Marcha de San Lorenzo, que resuena sin sentido en sus cabezas.
Los chicos hacen los primeros pininos en historia argentina desde el jardín de infantes a través de los actos escolares. Y lo que empieza en esos años se repite en toda la primaria y en la secundaria, aunque en esta etapa cambia sustancialmente el tipo de acto escolar...
...Sin embargo, y más allá de las buenas intenciones pedagógicas de docentes y editores, es difícil neutralizar el poder contradictorio de las efemérides, que enseñan y al mismo tiempo tergiversan. Porque tantos años y tanta insistencia con las efemérides tienen efectos colaterales en el modo en que los chicos construyen el pensamiento histórico. La idea es ésta y es de Carretero y Miriam Krieger, que la exponen en el trabajo "La usina de la patria y la mente de los alumnos. Un estudio sobre las representaciones de las efemérides escolares argentinas". Las representaciones de la historia: los objetivos que persigue la enseñanza y el aprendizaje de la historia en la escuela son dos, un objetivo identitario romántico, como "fábrica" de identidad y cohesión nacional a través de la emoción y la adhesión, y un objetivo disciplinario ilustrado, que apunta a la construcción de un pensamiento histórico en sentido estricto, crítico, basado en categorías racionales.
Y el problema es, precisamente, que la enseñanza de la historia en la escuela resulta altamente efectiva en la configuración de "las voces de los grandes relatos nacionales en la mente de los alumnos" en desmedro de la construcción racional del pensar histórico. Es polémica pero interesante la tesis de Carretero y Krieger a la hora de pensar qué hace la escuela con la historia.
Está claro: las efemérides no son simples herramientas pedagógicas para enseñar historia. Son además dispositivos del Estado para generar un sentido de nación y construir ciudadanos. Cumplen ese rol desde el nacimiento del Estado nación y, en paralelo, del sistema escolar. Lo sabemos: los actos escolares son máquinas de construir cohesión social en una nación armada sobre la diversidad de pueblos -originarios, españoles, nacidos en el territorio, inmigrantes de la vieja Europa, etcétera-. Esto es así desde fines del siglo XIX y sobre todo desde principios del siglo XX, cuando las efemérides se instalaron sin vueltas en la escuela.
Cantamos el Himno Nacional en los actos desde 1905. En 1908, quedó fijado el ritual a seguir para celebrar el 25 de Mayo en el acto escolar. Con la década del 30, llegó la versión oficial del Himno Nacional, el Día de la Escarapela y el Día de la Bandera, que también ingresaron en el salón de actos escolar...
...También impacta en la escuela, donde la militancia temprana construye esquemas del mundo y los chicos, o los docentes, creen hacer historia en cada opinión sobre el pasado cuando en realidad están haciendo algo distinto...
...METAHISTORIA EN EL SECUNDARIO
...En la hora de Historia, ahora manda el "debate" y la puesta en evidencia de cómo se construyen las versiones históricas. Pero con esta matriz polémica, los alumnos a veces se desconciertan. T. Mills Kelly recoge el punto. ¿Cómo enseñar historia? La tensión se da entre el llamado "conocimiento del contenido", los hechos, y el "conocimiento del procedimiento", el modo en que los hechos son construidos por los intereses en pugna. Algo así como el foco puesto en el metadiscurso, según el especialista estadounidense.
Ahí es donde los alumnos se pierden. Y se enloquecen por volver a lo simple y responderse preguntas más sencillas, asegura Mills Kelly: qué pasó, cuándo pasó, quién fue el responsable, por qué pasó y un corolario. ¿Esto es parte del examen?, bromea el especialista.
"Algo de eso hay -reconoce Vázquez-. En la reacción contra la historia positivista, nos pasamos un poco de rosca. Pero los hechos son la carnadura. Tienen que quedar claros". Entonces sí, en una segunda lectura, poner el aparato historiográfico en escena en clase para empezar a pensar los hechos históricamente. Críticamente...
...Ni un solo acto escolar por un héroe militar o político ilustre en el sistema escolar de la provincia de Ontario. Ni por una batalla. Apenas dos fechas. Una por el Día de los Veteranos, soldados anónimos de cualquier guerra en la que haya participado Canadá, héroes populares sin nombre ni apellido, una idea democrática e igualadora de homenaje a quienes prestaron su servicio a valores universales como la libertad y la democracia. Se trata de una celebración minimalista, sin discursos ni actuaciones, apenas un minuto de silencio y un poema sentido, como mucho.
Y finalmente, el Día de Terry Fox, lo más parecido a un héroe que tiene Canadá: un héroe civil, un chico común que enfermó de cáncer en los años ochenta, perdió una pierna, intentó cruzar Canadá de costa a costa corriendo, apoyado en su prótesis como modo de crear conciencia y reunir fondos para la lucha contra el cáncer. Murió en el camino. Poco después los canadienses lo votaron como héroe nacional. Su homenaje es una carrera o caminata a cielo abierto en el patio del colegio, rememorando aquella carrera trunca, cada septiembre, antes de que llegue la nieve.
Debate: ¿ Y QUÉ PENSAMIENTO HISTÓRICO-POLÍTICO-EPISTEMOLÓGICO ESTAMOS CONSTRUYENDO?
LAS MÁSCARAS DE MAYO Y LA REVOLUCIÓN DE LOS PUEBLOS -
El Bicentenario en Debate
...Sería mejor en nuestras escuelas y en nuestros actos mostrar un mapa completo de las Provincias Unidas de Sudamérica y señalar la recuperación de Gualeguay, Gualeguaychú y Concepción del Uruguay como triunfos estratégicos y verdaderos de la Revolución de Mayo, lo mismo que los otros triunfos americanos señalados en el Himno original. Sería mejor enseñarle a nuestros gurises la lucha de Bartolomé Zapata y sus milicias libertarias gauchas, y no la figurita y la política de Cornelio Saavedra y cía...
...Sería mejor representar y reafirmar la lucha popular y multicultural americana por la liberación política y social, y no difundir la imagen de la negra vendiendo mazamorra en las afueras del Cabildo, ni vestir a nuestras gurisas de damas ricas porteñas. Ese es el mayo de los políticos, esa es la ideología oficial , racista y estatal de mayo...
Bicentenario: Démosle las armas a los negros, a los pobres y a los pueblos
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PREFIGURAR OTRA DEMOCRACIA DESDE LA LUCHA EDUCATIVA
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-POR MÁS GRITOS BLANCOS Y POPULARES- Agmer María Grande - Leer
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miedo y osadía

la cotidianidad del docente que se arriesga a practicar una pedagogía transformadora
Este libro piensa una pedagogía transformadora a partir de las dificultades cotidianas de los profesores: cómo motivar a los alumnos, cómo lograr un equilibrio entre el currículo oficial y las necesidades que surgen en el aula, qué lugar dar a la lectura de los clásicos, cuál a los acontecimientos que sacuden el mundo real, cómo impulsar el debate y la reflexión. Miedo y osadía interroga las horas agitadas del aula desde la sabiduría de quienes se reconocen maestros y militantes de una sociedad más igualitaria.
Pero abrazar una pedagogía liberadora, basada en el diálogo, y apartarse de la pedagogía tradicional, que supone la transferencia de conocimientos del profesor al alumno, puede suscitar muchos temores: ¿acaso no puede poner en riesgo la autoridad de quien enseña, y hacer que sus alumnos incluso sospechen de su capacidad y su experiencia? Miedo y osadía, una iluminadora conversación a fondo entre Paulo Freire y su discípulo Ira Shor, es un libro central para entender los desafíos y los riesgos de ese pasaje. Los autores sostienen que el aula es el espacio de exploración donde el conocimiento se produce, no donde simplemente se lo transmite; ponen en su justo lugar la modalidad de la “clase expositiva”, que puede ser un momento fecundo en el marco de un intercambio dinámico; defienden la importancia del rigor y de la disciplina de estudio, que nunca implican memorizar información sino apropiarse de los textos al poder leer sus cruces con el contexto de producción y de lectura.
Contra la celebración banal del diálogo, postulan un trabajo profundo, serio, con los temas de cada materia, en el que el profesor cumple un papel orientador que nunca se convierte en una posición de mando. Y contra las pedagogías que se limitan a sugerir un repertorio de metodologías, reivindican una educación que, si bien no podrá por sí sola transformar el mundo, es capaz de estimular la autonomía y el pensamiento crítico.
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