Con la inauguración de un mural pintado por alumnos de la escuela secundaria Bazán y Bustos (Paraná) participamos del homenaje a Carlos Fuentealba y a todos los docentes que luchan por la educación pública. Porque estamos convencidos de que los docentes no debemos bajar ninguna de las banderas que hicieron grande nuestra historia; porque creemos que a la democracia, al país, a la justicia y a la igualdad se las construye en el aula, junto a nuestros gurises, y también en las calles peleando junto al pueblo; es que quisimos unir nuestra merecida celebración con esta necesaria recordación. Esta noche, quienes tengan la suerte de poder encontrarse con sus compañeros/as en un brindis, no dejen de recordar que nada se consigue sin luchar, y que la única pelea que se pierde es la que se abandona. En las aulas, en las asambleas, en la calle… nos seguiremos encontrando.
De yapa, una poesía que nos dejó María Andrich de Ramírez, una de las madres de la Bazán y Bustos presentes en el acto. Parafraseando el comienzo de nuestro Himno Nacional, nos dice (escrito tras el asesinato del maestro neuquino Carlos Fuentealba):
"Himno al Maestro"
Oíd mortales el grito docente,
reclamando un salario real,
que les alcance a todos hoy día
vivir con plena dignidad.
Oíd el ruido del pueblo rugiente,
que ha cambiado y no espera ya más,
exigiendo lo que por derecho
a un ciudadano merece llegar.
Sean eternos los laureles,
que al país debemos dar
repartiendo las riquezas
con más justa humanidad.
Con gloria vivamos unidos,
jurando como hermanos morir.
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