-El triunfo pero con retroceso de Integración es el triunfo pero con retroceso de una política gremial que acompaña desde atrás el relato en crisis del gobierno nacional. Hay un retroceso de la demagogia política, económica (la inflación es más fuerte que las paritarias periféricas) y sobre todo, pedagógica (el relato de la inclusión sin responsabilidades políticas y sociales compartidas está encontrando sus límites), pero si no retrocede del todo es porque hay una mayoría -o primera minoría global- de docentes que no se convence del discurso de la oposición, que muchas veces es más oposicionista que maduro, integral y contrahegemónico.
-No ha madurado un clasismo gremial provincial institucional, plural, democrático y autónomo. Hay una docencia multicolor expresándose dispersa. Hay intereses grupales y personales y políticos que la atraviesan, la contradicen y no la dejan desarrollarse democráticamente. Hay actitudes personales y grupales de algunos que dejan mucho que desear.
-Hay una síntesis crítica, reflexiva -no simplista-, creadora y democrática esperando, latiendo. Hay una conciencia de clase trabajadora docente, de ser trabajadores del conocimiento y los valores -de ser co-constructores de conciencia movilizada y transformadora, de gritos blancos y soberanía pedagógica, que no es cualquier cosa- que se expresa dispersa y fragmentada y que debe potenciarse.
-Hay una síntesis gremial esperando: la de potenciar con más claridad la lucha dentro y fuera de las aulas, porque aprendimos que muchos paros solos no van muy lejos y debemos aprender que las paritarias periféricas solas tampoco.
-Hay una síntesis esperando, que va más allá de la demagogia oficial y también del gorilismo oposicionista fácil. Las posiciones e iniciativas políticas y pedagógicas del gremio más importante no pueden ser cualquier cosa, ni para un lado ni para el otro.
-La demagogia está en decirle alegría y liberación pedagógica a la flexibilización cultural neoliberal progresista y la demagogia está también en salir a gritar paro por el paro mismo, porque me desbordan los quilombos -que son muchos-, porque estoy cansado, porque “soy opositor” y, en el fondo, porque no tengo un colectivo gremial para discutir alternativas y hacernos más sólidos y fuertes.
-No puede ser que los docentes y la sociedad tengamos que elegir trozos de justicia, según el color agrupacional y/o partidario: en un sindicato maduro y en una sociedad justa y democrática, tenemos que reafirmar que se merecen todo el castigo de la ley tanto un militar genocida como un político o un empresario corrupto, o cualquier delincuente, sea vicepresidente, sea de cualquier partido, sea asesino al volante y sea de la nacionalidad que sea.
-El tema es siempre discutir el sentido profundo de para que hacemos lo que hacemos y a donde vamos con lo que hacemos, en el aula, en las escuelas, en el gremio, en las luchas colectivas, en la vida. Más madurez, más claridad, más solidez para poder desarrollar un poder contrahegemónico real de los trabajdores de la educación como parte de la lucha de toda la clase trabajadora.
Mauricio Castaldo
Secretario de Formación electo de Agmer María Grande
Agrupación Tizas Obreras Panzaverdes.
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