Quieren revertir la tendenciaÍndice elevado: según cifras oficiales del CGE, el 18 por ciento de los alumnos secundarios entrerrianos repite de año
Aseguraron que las materias críticas son Matemática y Lengua. |
La evaluación surgió ahora, dijo, y por eso en 2013 se pondrán en práctica distintas estrategias tendientes a revertir la situación. La principal, asistencias técnicas a las escuelas, y capacitación a los docentes. “Aunque no se trata sólo de una cuestión pedagógica, sino que es también una cuestión cultural y psicológica, que tiene que ver también con los alumnos”, sostuvo.
Análisis Digital - 8/1 - Leer Completo - Debate
LA DESERCIÓN ESCOLAR PIDE A GRITOS UN CAMBIO POLÍTICO INTEGRAL
Alarmantes estadísticas difundidas por la UNESCO confirman y patentizan el grave problema de la deserción en nuestras escuelas secundarias. Entre un 40% y un 50% de nuestros jóvenes alumnos en Entre Ríos y Argentina no terminan la secundaria, lo cual muestra otras de las contradicciones y de los resultados injustos de las políticas aplicadas en los últimos años, y amerita un debate profundo y un cambio de dirección estructural urgente. Ni hablar si extendemos el análisis a la cantidad de jóvenes que pueden iniciar y a los que pueden finalizar estudios superiores y universitarios.
Los funcionarios ya no saben que discurso inventar para tratar de tapar una realidad que, como única verdad, los y nos desborda. Varios factores inciden lamentablemente en éste drama social, pero nadie puede negar que las desigualdades económicas y sociales estructurales, las necesidades y las malas políticas educativas, contradictorias, dependientes, dictadas como "reformas resignificantes" por el capital transnacional e impuestas por encima de acuerdos serios y democráticos con la docencia, han producido ésta lamentable situación que hay que enfrentar.
La deserción escolar, como expresión de la desigualdad social y de los fuertes índices de pobreza, pide a gritos un cambio político integral, es decir un cambio económico, social y cultural, con una real distribución de la riqueza, de la propiedad, del poder y de las oportunidades, y un cambio educativo y cultural, dónde se valore el trabajo de enseñar, la educación pública y la necesidad de estudiar, formarse, ser responsable, superarse y proyectar dignidad, autonomía y emancipación, en un contexto diferente, que hay que forjar entre todos.
La deserción marca que han fracasado las políticas de los gobiernos nacional y provincial, por no modificar en serio la matriz estructural de las desigualdades.
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LOS FUNCIONARIOS NO SE HACEN CARGO DE SUS POLÍTICAS
oy se hace pública una estadística sobre el fracaso escolar en el secundario (18% según datos oficiales), mejor dicho, el fracaso de las políticas educativas. Como siempre, los funcionarios intentan dar explicaciones superfluas culpabilizando a los docentes y convirtiendo estas realidades en catástrofes sociales ajenas a ellos.
Desde AGMER Paraná no nos escondemos, queremos dar el debate.
Los ayer menemistas, hoy kirchneristas, sostienen los mismos principios de la neoliberal Ley Federal de Educación (1993), hoy denominada Ley de Educación Nacional (2006). Recordemos que los mismos sectores políticos, gremiales –entre ellos la oficialista CTERA-, empresariales y religiosos que sepultaron una ley, alentaron la otra.
Un solo dato demoledor es que el ideólogo de estos proyectos políticos educativos para un modelo de país fue el vice y luego ministro Juan Carlos Tedesco, y por supuesto Daniel Filmus. En la provincia hay nombres como el de Blanca Osuna y Graciela Bar, que han recorrido junto a un conjunto de funcionarios los dos escenarios mencionados.
La funcionaria puntera de la reforma de la secundaria en Entre Ríos, Marcela Mangeón, se “enreda” tratando de depositar en otros sus responsabilidades. Nada dice de las políticas de “inclusión” que, lejos de concretarse, hoy podemos observar que la desigualdad en su sentido más integral es día a día más escandalosa.
Se sigue en esta lógica social Darwinista, fomentando una realidad propagandística de una sociedad del deseo del consumo que nuestros gurises ven por TV, muy lejos de la distribución de la riqueza. Las carencias de la escuela se reflejan proporcionalmente en la precariedad de la vivienda, la falta de promoción y prevención de la salud, de alimentación balanceada, de espacios confortables para la recreación y la cultura, empleos y salarios dignos de las familias, de los afectos mutilados por el sistema, de la contención de mayores que sostengan al niño – adolescente, de la violencia generada por las políticas del poder…
Frente a este panorama de desgarro social, aparece la concentración de la propiedad de la tierra, de las finanzas, de las ganancias fáciles y rápidas, pseudos estereotipos de éxito, impunidad, falta de reglas para la igualdad en serio… Hoy, y este dato del propio INDEC es desgarrador, 11 millones de personas viven en el país con $35 diarios. Allí hay muchos docentes, pero también están las familias de nuestros alumnos. La droga y el hambre hacen estragos en las neuronas de nuestros chicos: para inventarse una comida es más barato el paco o un porro que un plato rico en proteínas…
25 mil gurises están fuera del sistema educativo. ¿Dónde están? ¿Los buscan? Quizás para algunos sea mejor que no estén, lo que es funcional a las políticas de turno.
Esta contestación intenta profundizar en el debate sobre el modelo de sociedad, de país, que va de la mano de un proyecto –entendemos muy distinto- de educación, donde nuestros gurises merecen la máxima atención y podamos devolverles la esperanza y un sentido de horizonte muy diferente.
Junta Ejecutiva - AGMER PARANÁ
ENERO de 2013
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