¿Qué paSó? ¿MienTras suBía la Gripe a Se Acabó la inseGuridaD?
Partes de la Guerra Social (PGS) nº 29
Son tan obvios los medios, tan modernistas, tan previsibles, que basta ver hoy la tapa del “gran diario argentino”, para comprobar que la inseguridad vuelve a estar ubicada por encima de la gripe.
Pan, poco; circo, mucho; pero lo que no falta es terror, mucho terror.
Te quedaste sin trabajo, ¡no importa!
Hace 30 años que esperas las cloacas y el agua corriente, tranqui…
Te preguntas a quien beneficia cerrar los teatros para frenar la pandemia de influenza, cuando 3.5 millones se trasladan por día apretados como sardinas en trenes y colectivos… ¡pavadas!
La sociedad postfordista está armada para el goce del 30% de la humanidad. Y lo peor, es que buena parte del resto de la sociedad civil aspira al mismo imaginario esclavizador.
Telebasura, chismes y fútbol. Una pandemia por aquí y un avión que se cae por allá. Un atentado terrorista y un casamiento de una celebrity. Los hijos no reconocidos de un obispo presidente y la muerte de un rock star. Las prostitutas del poder, del señor televisor italiano, y gran cuñado para todo el mundo.
Con algo hay que tapar la crisis de la subsunción real, la primera crisis global del postfordismo y el agotamiento civilizatorio del Capital.
En Argentina la desocupación aumento un 71% en un año. Pasó del 7 al 12 por ciento. El 53% no tiene obra social, ni prepaga, ni futura jubilación. Están peor que antes de la salida de la convertibilidad. El 55% de la población empleada está en negro o en la ilegalidad, es decir, el Precariado integra el 55% de la Multitud ocupada. El desempleo en el área metropolitana llega al 10.5%, o sea, casi 750.000 personas. En el Conurbano bonaerense escala al 12.3%, tanto como 570.000 compatriotas. Y en el segundo y tercer cordón llega al 17.8%, o 250.000 integrantes del Excedentariado.
El dispositivo Psico-Político es claro. Pasar hambre, frío y perder el empleo, es nada, al lado de morir de manera intempestiva y fulminante.
Transformar la precariedad existencial, que se desprende en primer término de la precariedad laboral, en una herramienta de sometimiento paranoide.
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