Si te encuentras a una cholita vendiendo artesanía es que aún queda un buen trecho para llegar a Machu Picchu. Así es la joya de la corona del turismo peruano y uno de los símbolos del turismo de masas y globalizado: cualquier beneficio para la población local es pura coincidencia.Uno de los templos emblemáticos del poderío que en algún momento tuvieron los incas antes de que Colón cruzara el charco es ahora recordatorio perenne de la miseria en que se encuentran muchos de sus descendientes. Machu Picchu se ha convertido en un icono mundial del turismo una de las Siete Maravillas del Mundo de la Unesco, el sueño aventurero de miles de personas, pero muy pocos en Cuzco, la región andina que lo alberga, pueden sacarle partido.
Indymedia-Leer
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