
Se negó a asumir mayor carga horaria por menos salario en la secundaria y pidió ser reubicada en la primaria.
Como no hubo acuerdo, recurrió a asesoramiento legal, aunque antes de accionar la dejaron sin trabajo.
El lunes 31 Alejandra Ruhl, maestra de séptimo, se quedó sin trabajo. Ese día, y por acta notarial en su propia casa, el padre César Molaro, apoderado legal del Instituto San Francisco de Borja, ubicado en Souriges al 1.100, le notificó que “se da por concluida su relación laboral”.
La determinación de la escuela fue consecuencia de la aplicación de una normativa del Consejo General de Educación (CGE), que obligó a los maestros de séptimo a optar en qué nivel integrarse, primario o secundario, una vez que se llevó a la práctica el texto de la Ley de Educación Nº 9.890, que ubicó el séptimo en la escuela secundaria.
El Diario-3/9-Leer
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