En el inicio del paro de 72 horas previsto para esta semana, la seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), reclamó al gobierno que efectúe una “urgente recomposición salarial”; rechazó los descuentos “por días de lucha”; exigió el aumento de las partidas para comedores escolares; pidió mayor inversión en infraestructura, “con previsión y cumplimiento de las normas de seguridad e higiene escolar”, y demandó al Poder Ejecutivo “una actitud democrática, con disposición al diálogo”. Así lo confirmó a AIM el secretario general, Roque Santana.
En diálogo con esta Agencia, el sindicalista indicó que, “con agrado se observa que en la provincia, plata hay. Se van cerrando propuestas salariales, todas en consonancia con la demanda de Agmer”, dijo y enumeró que para los jubilados, “se acordó un 37 por ciento de incremento en el año; el 33 por ciento para empleados de comercio; en el Senasa se recategorizó a todos los trabajadores; a los judiciales, un ocho por ciento pero sobre un sueldo muy importante; la CGT pide un salario vital y móvil de 2.600 pesos, y la CTA no oficialista, en datos reales plantea la necesidad de un sueldo que ronde los 5.000 pesos, sólo para la mantención”.
“No daremos marcha atrás en la Ley de Minería, porque el desarrollo responsable de la minería es fundamental para el progreso del país. No podemos sentarnos como mendigos en el saco de oro”.
Rafael Correa, Presidente de Ecuador, 15.1.2009
¿Por qué existe una gran oposición y rechazo social a la minería metalífera a gran escala en América Latina? ¿Será que los gobiernos, las grandes transnacionales mineras y su ejército de comunicadores no trasmiten correctamente las “ventajas” y “oportunidades” del nuevo modelo? ¿Será que las poblaciones involucradas están desinformadas y no están en condiciones de comprender el impacto que en términos de trabajo, progreso y desarrollo tendría la industria metalífera a gran escala, sobre todo en aquellas regiones pobres y relegadas de nuestra amplia geografía latinoamericana? Estos parecen ser los principales argumentos que repiten funcionarios, técnicos de las más variadas especies y, por supuesto, las grandes compañías mineras, que hoy buscan legitimar un modelo que genera cada vez más resistencias en gran parte del territorio latinoamericano.
Lagos, los mega basureros de América
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