El Premio Nobel de la Paz destacó que hay que apoyar al gobierno en el reclamo sobre las Islas Malvinas, porque es una causa nacional y por lo tanto un problema que va más allá del gobierno democrático de turno. “Si fracasa el gobierno, fracasamos todos”.
Pero también recordó que “un país que no tiene capacidad de decidir sobre sus recursos y empresas base, es un país sin soberanía”. Y que “los de afuera” son quienes hoy deciden el curso del país y toman las decisiones, comiéndose a "los de adentro" con voracidad infinita.
Definió a la política que se lleva adelante como un "neoliberalismo aggiornado" basado en la megaminería, los monocultivos, los agro-tóxicos, los desmontes y la extracción y destrucción de los recursos naturales. Remarcando que cuando los movimientos sociales y los pueblos originarios reclaman sus derechos, la respuesta es aplicarles la ley antiterrorista y la represión.
“Por favor pongámonos de acuerdo en algunas cosas básicas: Las Malvinas son Argentinas y la Argentina también”.
El gobierno de Cristina Fernández tiene muchos problemas a resolver. “Es necesario que comience a escuchar la voz del pueblo”.
Se adjunta texto de la carta: Buenos Aires, 29 de febrero del 2012
Las Malvinas son argentinas y la Argentina también
Los argentinos somos como el tango, protestones, llorones y con más vueltas y firuletes que perro para acostarse. Pareciera que vivimos la angustia existencial de los Siglos XX y XXI- que Discepolín expresa en Cambalache. A pesar de todo no perdimos la ternura, la solidaridad y la capacidad de dar vuelta la tuerca trabada.
Pero nos cuesta sumar voluntades, construir juntos y dialogar, se anteponen las diferencias y la permanente confrontación e intolerancia, de creer que somos los dueños de la verdad.
Terminamos enredados en discusiones interminables, como sobre la guerra de las Malvinas a 30 años, y todo lo que significa para nuestro pueblo. Surgen diferencias sobre la soberanía argentina. Grupos de ex soldados reclaman el reconocimiento de las autoridades. Grupos de intelectuales se manifiestan unos a favor de los kelpers, al derecho de autodeterminación, sin evaluar en qué consiste. Otros, en defensa de la soberanía argentina. Pocos tienen la sabiduría de profundizar en el análisis e historia de nuestro pueblo.
Entre el 2010 y el 2011, Entre Ríos perdió 3.400 millones de pesos por no reclamar al gobierno nacional el 34 por ciento establecido en la Ley de Coparticipación, informaron a AIM en un documento que realizó el proyecto de extensión ‘Por una nueva economía, humana y sustentable’ de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). En ese contexto, denuncian la obsecuencia del gobernador Sergio Urribarri en detrimento de los intereses de la provincia.
Solamente “por la violación al piso del 34 por ciento establecido en la ley de coparticipación vigente, en el 2010 Entre Ríos perdió más de 1.800 millones de pesos, y el año pasado volvió a perder más de 1.600 millones”.
Mucho más pierde la provincia “por los cambios en la distribución primaria, que han beneficiado irracionalmente al Estado nacional (ante la complicidad de nuestros gobernadores), ya que si se cumpliera con los porcentajes de la ley vigente (57 por ciento de los fondos coparticipables para las provincias, y de ellos el 5,07 por ciento para Entre Ríos), debíamos haber recibido en el 2010 una suma adicional de más de $ 3.875 millones (que en realidad perdimos), y en el año 2011 la suma de 4.460 millones de pesos”, advierten en el documento al que accedió esta Agencia.
Además, aclararon que en ese cálculo “no se contó lo que se aporta por las retenciones a las exportaciones y que no vuelve a la provincia”.
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