Reprobado: en el país de la Ley de Educación Común 1420, orgullo de la formación del Estado Nacional de 1880, más de 177 mil niños de 6 a 14 años están fuera del sistema escolar. Medio millón de jóvenes de 12 a 17 años no cursan la secundaria. Casi cuatro millones de adultos no han terminado la primaria. Mientras que países como Cuba, Venezuela y Bolivia han declarado a sus territorios libres de analfabetismo, en Argentina cada vez son más las personas que no saben leer ni escribir.
En un país donde la mitad de sus habitantes está por debajo de la línea de pobreza y 25 niños mueren por día por causas evitables antes de cumplir un año, el acceso y la permanencia en el sistema educativo está lejos de los preceptos de la Ley de Educación Común 1420 que establecía la obligación del Estado de educar laica y gratuitamente a todos los habitantes.
Según datos del Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos), 177.417 niños de 6 a 14 años están fuera del sistema educativo.
Por otra parte, un informe de la Central de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera), afirma que “medio millón de chicos de 12 a 17 años está marginado del mundo escolar”.
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) calcula que el 71% de los jóvenes de entre 15 y 21 años se encuentra en situación de riesgo educativo.
Los datos del cuestionado organismo oficial Indec demuestran que en 2006, de los jóvenes que terminaron la escuela secundaria, el 72,5% pertenecía a hogares no pobres, mientras que el 28,4% provenía de familias pobres. Lejos de ser planificada por el Estado, en la Argentina del siglo XXI, la educación parece ser un lujo al que sólo puede acceder un sector de la sociedad.
La desigualdad en el acceso a la educación también es muy notable según la región del país en que se viva. El Nordeste (Corrientes, Chaco, Formosa y Misiones) tiene el porcentaje general más alto de inasistencia escolar entre los adolescentes: 28,29%. Esta cifra trepa a más del 43% cuando se mide lo que ocurre entre los más pobres y llega al 48% entre los chicos de 18 años que tienen que dejar la escuela para trabajar. En la región Metropolitana, la más poblada del país, la inasistencia oscila entre el 10,9% entre los adolescentes no pobres y el 25,9% de los jóvenes pertenecientes a hogares bajo la línea de pobreza.
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