El origen del sistema
En agosto de 1992 se firmó el denominado Pacto Fiscal entre el gobierno nacional y las provincias, en medio de una situación de caja ajustada para el sistema previsional nacional, que se profundizó con la creación posterior del régimen de AFJP. A partir de este acuerdo, el Estado nacional quedó autorizado a retener el 15% de la coparticipación para financiar el sistema previsional. La ANSeS comenzó así a financiarse no sólo con los aportes previsionales de los trabajadores, sino también con ingresos derivados de impuestos. A los de la coparticipación se sumaron luego otros tributos de afectaciones específicas, como Ganancias, Bienes Personales y Combustibles. De cada $ 100 de ingresos que obtiene hoy la ANSeS, $ 40 provienen de impuestos y el resto a aportes previsionales de los empleados.
La segunda etapa
En 1999 el gobierno nacional se comprometió a financiar las necesidades de caja de los organismos previsionales de las 13 provincias que no transfirieron sus sistemas a la Nación en 1993, el denominado Pacto Fiscal II. Actualmente paga las jubilaciones de los sectores públicos de los 11 distritos (10 provincias y la Ciudad de Buenos Aires) que sí transfirieron sus cajas en la década de los noventa a la ANSeS. En estos casos, las ANSeS asume la administración y el déficit del sistema. Para las que no transfirieron sus cajas, en cambio, se acordó que éstas mantienen la administración y la ANSeS cubre el déficit. Estas últimas provincias a su vez se comprometieron a armonizar su sistema con las normas nacionales. Así, se acordó un programa gradual con cinco pautas que deben cumplir las provincias: igualar la edad de jubilación en la provincia con la nacional, las condiciones de invalidez de las personas, los derechos de pensión, la movilidad de los haberes y el haber inicial.
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