Las Instituciones Federales de Enseñanza (IFE) de Brasil están en huelga. Iniciada el 17 de mayo de 2012, después de 60 días de paro de los profesores, la huelga está fortalecida y abarca hoy al 95 por ciento de las IFE. El movimiento reivindica la reestructuración de las carreras en una carrera única de profesor federal, elevación del sueldo y mejoras en las condiciones de trabajo. Los trabajadores técnicos administrativos de la educación y los estudiantes también están movilizados y de paro.
La huelga cuenta con la solidaridad y el apoyo de la clase trabajadora que anhela el acceso a un sistema nacional de educación pública, gratuito, laico, de calidad y socialmente referenciado, lo que es derecho de todos y deber del Estado.
El hecho de que el gobierno, hasta hoy se haya negado a negociar y no haya presentado propuesta para los docentes, evidencia una política que trata con austeridad a los trabajadores y los servicios públicos, en el marco de la reforma de Estado iniciada en los gobiernos Fernando Collor de Mello e Itamar Franco, y que se continuó en los gobiernos Fernando Henrique Cardoso , Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff.
El gobierno de Rousseff está comprometido con el apriete salarial y el corte de gastos sociales y, aunque no se muestra dispuesto a atender las reivindicaciones de los empleados públicos por carrera, reajuste salarial y mejores condiciones de trabajo, atiende los sectores relacionados al capital, ya sea por medio de subsidios, financiamiento público y facilidades fiscales, lo que se traduce en un gasto de 47,19 por ciento del presupuesto de la Unión con el pago de intereses y amortizaciones del sistema rentístico de la deuda pública.
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