Para el investigador Juan José Rossi, el invasor del continente americano impuso hace siglos divisiones que todavía sostenemos con candidez (hasta en las aulas) y sirven al imperialismo.
Daniel Tirso Fiorotto / Redacción de UNO
Durante el Congreso de Derechos Humanos desarrollado esta semana por la Central de Trabajadores Argentinos –CTA- en la sede del sindicato Agmer, con presencia de militantes de varios países, el historiador Juan José Rossi presentó nuevas miradas en torno de los pueblos originarios de Nuestra América y, lo dijo: con ánimo de llamar a la reflexión, y hasta provocar polémica.
Para el estudioso, autor de una quincena de libros sobre historia americana y distintas culturas nativas, la dicotomía originarios-no originarios está muy incorporada en el sistema y “no pasa de ser una estrategia sutil ―y burda para el que quiera verla― instrumentada inteligentemente por el invasor para mantener hasta hoy el sometimiento global de la humanidad del continente”.
“Considero ―al menos para reflexionar juntos― que, con muy buena voluntad de individuos y organizaciones, tanto unos como otros miramos la primera línea de árboles y perdemos de vista al bosque. Pero esta conciencia no es casual sino provocada por el sistema invasor”, dice Rossi, y se despacha luego contra el interminable “paternalismo” occidental.
Funcionales al invasor...
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RICARDO LÓPEZ JORDÁN . Prisión, fuga y asesinato del entrerriano que fue ahijado político de Urquiza
| La fuga del caudillo travestido |
| Fue el hombre de confianza de Urquiza, pero también quien ideó su asesinato. Por eso la Justicia lo buscó hasta su detención. Permaneció tres años preso en Rosario. El 12 de agosto de 1879, Ricardo López Jordán se escapó de la cárcel disfrazado de mujer. En el calabozo quedó, ocupando su lugar en el mayor silencio, su esposa, a la espera de que la guardia descubra el ardid al día siguiente. El caudillo gozó de libertad hasta que fue asesinado por un hombre en una venganza personal. |
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| Jorge Riani
La madrugada transcurrió sin sobresaltos. En la celda que lo tenía como forzoso morador no quedaba él sino su esposa: Dolores Puig, que esperaba despierta el arribo del guardia en el recorrido habitual de la mañana.
De ese modo tan cinematográfico en un mundo sin cine inventado sino hasta dos décadas más tarde, puso fin a su cautiverio en Rosario Ricardo López Jordán. Ya conocía el caudillo entrerriano la vida de preso: había estado en calabozos de Paraná, Curuzú Cuatiá y Goya.
El Diario de Paraná-20/3-Leer Completo
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