Al Compañero
Sec.Gral de AGMER Paraná
Roque Santana
Presente
Les envío a los compañeros de Seccional y Central formalmente algunas ideas que hemos estado discutiendo con nuestros compañeros en las asambleas los días jueves 17 y Viernes 18 de marzo. Creemos que son aportes importantes al debate colectivo en nuestra organización, para que la misma se haga más fuerte y potencie las luchas.
En primer lugar, saludar que los compañeros vocales del CGE hayan tomado la consigna propuesta desde las asambleas de María Grande de denunciar la estafa pedagógica generada por las políticas de este gobierno provincial, si bien, nuestra idea apuntaba también a otras cuestiones, como la manipulación de datos e ideas por parte de los funcionarios.
El ajuste en secundaria es un caos, no una “anarquía” como se dijo por ahí (la anarquía es una sociedad ideal igualitaria y solidaria que lamentablemente todavía no existe), y estamos comprobando que no era que “la reforma en secundaria es importante pero no se dan las condiciones”, si no que toda la reforma era un ajuste que iba y va en contra de los docentes y en contra del buen desarrollo de la educación entrerriana.
En este sentido, queremos denunciar que los alumnos de la Escuela Nro 55 -Escuela secundaria nocturna- de María Grande -como seguramente tantas otras- hoy tienen menos carga horaria a causa de ésta “reforma”. No hay espacios para reubicar horarios, ni para pre hora ni post hora, ya que la Escuela Nro 55 (ex Escuela Nro 218) ocupa el local de la escuela primaria Nro 180. La Escuela Nro 55 necesita, más que nunca, un presupuesto del gobierno para la construcción de una escuela nueva y propia, y en ese sentido queremos pedir el apoyo del Agmer.
La estafa pedagógica del gobierno provincial es proponernos todo el tiempo una pobreza pedagógicamente asistida, es descargar sobre las espaldas de las escuelas y de la docencia todo el peso de las consecuencias de las políticas de ajuste y del empobrecimiento de la sociedad. En su esquizofrenia política reaccionaria, el gobierno habla -por un lado- de “calidad educativa” y de “resignificar la educación”, y por otro pide todas las flexibilidades para desarrollar promociones asistidas, acusando hipócritamente a la docencia de “estigmatizar la pobreza” mientras es el propio gobierno es el que estigmatiza, reconociendo indirectamente el aumento de la pobreza y sus consecuencias en la tarea pedagógica. Llegamos al colmo, en éstos días, de escuchar a Analía Matas, directora de Enseñanza Primaria del Consejo de Educación, decir que “"...No podemos pretender que en primer grado sepan escritura y lectura. Para eso, está todo el primer ciclo...". Esto amerita un debate profundo y serio en todas las instancias del Agmer. Nuestro sindicato no puede dejar pasar este discurso político y pedagógico oficial, sin tomar una posición crítica sobre el mismo.
Nuestra sociedad necesita discutir prácticas pedagógicas renovadas si, pero en el marco de políticas educativas renovadas -y democráticas- y políticas económicas y sociales renovadas.
Por otro lado, se analizó en las asambleas la propuesta de la Comisión del Salario de Agmer. Sobre éste punto queremos proponer, primero, que los documentos de ésta Comisión sean más claros, que trabajen con ejemplos y esquemas que puedan ser analizados por cada docente, que quiere calcular cuánto significa para cada uno esa propuesta. En segundo lugar, cuando se desarrollan las críticas pertinentes a Ctera, creemos que sería bueno que la Comisión del Salario retome, de aquella Carta Abierta de Agmer a la Presidenta de la República aprobada por el Congreso de la entidad, la idea de que el incentivo, rediscutido y ampliado, se transforme en un Adicional Federal al Básico.
Y además, es importante que en una propuesta de negociación sindical, no se limite la iniciativa a una cifra de punto índice y a la corrección de códigos, que, por supuesto, no está mal hacer y es necesario para el debate y para la lucha. Entendemos que, frente al ajuste por inflación y frente a los largamente alicaídos sueldos docentes y a la desvalorización de la tarea educativa por parte de los gobiernos, cualquier propuesta salarial debe ser, antes que nada, una propuesta política fuerte, clara, abierta y entendida como un mínimo, o como un primer paso para discutir. Hay que ser cuidadoso con tirar cifras o datos técnicos porque pueden limitar la discusión política, sindical y pedagógica.
Por último, y con respecto a las jubilaciones anticipadas de la docencia de inicial, las y los trabajadores de nuestra región se manifiestan solidarios con las jardineras, más allá de las críticas al demagógico, mediocre, oportunista y limitado proyecto Firpo.
Entendemos aquí también que el debate debe ser más claro, y no limitarse a las ideas de Firpo o a los números de la Caja de Jubilaciones. El proyecto de Firpo es cuestionable por muchas cosas, pero no puede cerrarse un análisis gremial quedándose sólo en eso. Coincidimos en plantear la necesidad de avanzar con unidades educativas para los jardines -respetando las categorías de las escuelas- y planteamos el derecho a una carrera para jardineras y especiales, entre otras cosas.
Rechazamos la idea de trabajo “insalubre” para los jardines como dicen Firpo y cía, y planteamos que es un trabajo agotador, intenso, etc, pero hermoso, como dicen nuestras compañeras jardineras en las asambleas. Coincidimos en que la mayoría de los empleos, en una sociedad dividida en clases, como la sociedad capitalista en la que vivimos, son desgastantes, pero coincidimos no para rechazar la discusión sobre las jubilaciones anticipadas, sino para abrirla y para pensarla, como un primer paso hacia una baja generalizada de la edad, como se ha avanzado en Bolivia.
Decimos: el proyecto limitado y estrecho de Firpo es rechazable, pero hay que avanzar en la discusión sobre las jubilaciones anticipadas de las jardineras, por muchas cuestiones, más allá de ese proyecto. Podemos decir No a “ese” proyecto y Sí a seguir profundizando un debate necesario.
El debate sobre financiamiento de nuevos derechos no puede reducirse a un debate de caja -ese es un criterio impuesto en los '90-: es un debate político, es un debate sobre la política de una sociedad: así lo entendieron los compañeros y hermanos bolivianos que aumentaron los impuestos a la riqueza para financiar una baja generalizada de la edad jubilatoria de la clase trabajadora. Puede plantearse la discusión sobre la baja de la edad para las jardineras y para otros sectores, pensando, por ejemplo, en vincularla al reclamo por devolución de coparticipación de impuestos que la provincia debería desarrollar frente a la nación. Asimismo, está claro que los aumentos sustanciales de salarios cambiarían las realidades de las cajas jubilatorias.
No podemos negarle tampoco a médicos de guardia y otros sectores sus derechos a discutir jubilaciones u otras cosas, en nombre de un análisis matemático y monetario de la situación actual (pero no definitiva) de una Caja o de un gobierno provincial.
Por lo demás, no queda claro en el posicionamiento de la Secretaría de Jubilados de la CDC de Agmer el concepto de “importancia social del empleo”, ni tampoco es claro su relación y su comparación -hablando de las jardineras- con trabajos de “otras jerarquías”, porque no se trata de jerarquías sino de intensidades, entre otras cosas.
El Agmer no puede dar la espalda, queriendo o sin querer, y poniéndose desde el punto de vista económico de una Caja, a los derechos que plantean discutir las compañeras jardineras. Necesitamos posiciones públicas más claras y abiertas para fortalecer la unidad en la lucha.
Aprovecho también para proponerles que trabajemos materiales de debate político-sindicales estratégicos y articulados de Seccional, Filiales y CTA Paraná para el desarrollo de nuestras Asambleas 1318.
Un abrazo
Mauricio Castaldo
Sec.Gral AGMER Filial María Grande
28/3/2011
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