El historiador y analista uruguayo, Gonzalo Abella, nos propone “dejar de lado la especial emoción que sentimos cuando escuchamos hablar de reactivación ferroviaria”, para pensar el significado del tren de los pueblos libres, que autoridades de ese pais y argentinas inauguraron esta semana: “el plan supera a las mejores intenciones de Cristina, y tiene que ver con la necesidad de integrar la explotación conjunta de los recursos naturales que llevan adelante las transnacionales que operan en la región”, lanzó como para arrancar, con su habitual tono cálido y pausado, el oriental, quien además repasó en AIM las raíces históricas del dolor actual que atraviesa a estos dos pueblos, “que no dos pueblos, sino uno sólo, porque como decía Aníbal Sampayo, Argentina y Uruguay son dos lonjas de un mismo cuero, unidos por un tiento de plata que es el Uruguay”.
En diálogo con esta Agencia, Abella destacó que “las líneas ferroviarias prioritarias son las que van de este a oeste, porque son las que unen la producción brasileña con los puertos chilenos en el océano Pacífico, para llegar hasta el nuevo amo que es China. En este esquema, Argentina y Uruguayo no son, para los poderosos, polos de desarrollo significativos, sino proveedores de materias primas, tanto agrícolas como minerales, y corredores que unifiquen la producción con los puertos”.
“Brasil, la nueva potencia de esta región que apunta a ser un subimperialismo, necesita un corredor hasta Chile, su verdadero socio”, señaló el historiador, y agregó: “en este marco, la política vial en realidad no lo decide el gobierno argentino, o el uruguayo, sino que se subordinan a una estrategia que les pasa por arriba, y que va sobre rieles”.
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