Es inaceptable para los trabajadores docentes y para los pueblos de Argentina y de Sudamérica, a estas alturas del debate histórico y político, que la Presidenta del gobierno argentino, reafirme en su política la figura de un gobernante unitario, conservador, racista, eurocentrado y genocida como Domingo Faustino Sarmiento. Sarmiento se declaró públicamente enemigo a muerte de todas las culturas populares de Nuestra América y enemigo jurado del federalismo: los entrerrianos y litoraleños, conducidos por don Ricardo López Jordán (h) no dudaron en enfrentarlo por todos los medios.
Reafirmar ideológicamente a Sarmiento hoy es una verdadera afrenta al Bicentenario de los pueblos que lucharon y luchan por su independencia, es una afrenta a la entrerrianidad, al federalismo y es una burla a la propia política “nacional y popular” que la presidenta dice defender. Cristina Fernández de Kirchner debería pensar un poco mejor lo que dice, si es que no lo pensó, y saber rectificar y retractarse de afirmaciones graves como ésta, como también de aquellas palabras agraviantes contra los docentes, cuando dijo que “en la escuela privada se trabaja siempre y en la pública no”.
Por lo demás, decir que entregar computadoras “es lograr la igualdad”, en medio de una infinidad de necesidades, desigualdades, ajustes, recortes, persecuciones y precariedades escolares, económicas, laborales, pedagógicas y sociales es, por lo menos un contrasentido, y es una hipocresía gigante y es cortedad de miras. Para nosotros, ningún árbol virtual tapa el bosque de las necesidades y las injusticias. El gobierno remueve irresponsablemente las heridas y los conflictos abiertos en este Bicentenario.
Prof. Mauricio Castaldo
Sec.Gral de AGMER María Grande
y Congresal de la entidad
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