La CTA de Santa Cruz ha dado un ejemplo de unidad y lucha frente al ajuste y la represión, al llevar adelante un paro contundente y una movilización contra la política de disciplinamiento social que están sufriendo los sectores populares en Argentina, y que en esa provincia se expresó con el ataque de las patotas vinculadas y sostenidas por el poder, tal como ocurrió con el asesinato de Mariano Ferreyra y con otros hechos ocurridos recientemente.
La bochornosa e inaceptable aprobación del ajuste y el recorte de derechos en el sistema previsional santacruceño también patentiza la necesidad urgente de luchar por la devolución federal de recursos a las provincias esquilmadas por el poder central en función de dar continuidad a sus acuerdos con el FMI, el Club de París y el capital transnacional.
La fuerza, la necesidad y la estrategia de autodefensa de los trabajadores sin techo en Lugano, como en tantos otros lugares, ha hecho fracasar el gran acuerdo nacional disciplinador que Aníbal Fernández y Rodríguez Larreta, juntos, anunciaban hace algunos días, amenazando con quitar todo derecho a reclamar viviendas y planes sociales a aquellos sectores que desarrollaran medidas de acción directa autónoma. Ni la política policial localizada y/o compartida, ni el “modelo político” de “contención” y represión con patoteros camisas pardas –ya sean “oficialistas” o supuestos “opositores”-, puede detener al subsuelo de la Patria Grande sublevada ante tantos dramas y necesidades urgentes.
Los propios datos del Censo muestran que, el 80% de los argentinos vivimos tan sólo en el 1% del territorio: la necesidad de la distribución de la tierra, tanto como de la riqueza y el conocimiento es una realidad ineludible. Tenemos que luchar desde abajo por una reforma agraria integral, por trabajo, techo, salud, educación, justicia, por la soberanía alimentaria y una economía social, natural y multiproductiva.
Es inaceptable, en este contexto, y frente a estos datos de la realidad, culpar a la inmigración regional como hacen algunos porteños estúpidos y otros, más allá de BsAs.
El colmo de intentar negar la realidad también lo vemos en la presidenta del CGE, que, grotesca e inaceptablemente ratifica su falta de compromiso con la educación y con un mayor presupuesto para la misma, confirmando públicamente que no le importa, por ejemplo, que se den clases en una sala mortuoria, al decir, “Tuvimos los cargos y las horas para que funcionen las escuelas, aún en una sala mortuoria”. Ya habló, alguna vez el maestro Paulo Freire, de la pedagogicidad del espacio.
En este momento complicado para el campo popular, necesitamos una CTA Nacional de pié, y por eso es fundamental rechazar, como lo han hecho CTA Paraná y la nueva Mesa Regional de CTA Entre Ríos, todo intento del gobierno nacional de seguir interviniendo y bloqueando nuestra central y las luchas que se vienen. El 73% de los trabajadores entrerrianos votaron por Pablo Micheli, por tanto está muy claro que es inaceptable una nueva dilación de la lucha con otra votación en Marzo de 2011.
Mauricio Castaldo
Sec.DD.HH CTA Paraná y
Sec Gral AGMER María Grande
19/12/2010
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